Amigos
¡No crees que ya es suficiente!
¡No hay nada que pueda pararte!
¡eh!, métete en un problema
de fácil solución
Esta noche veremos siluetas
Tú te volverás a enamorar
y yo la tomaré con alguien
tan natural como la esencia de las cosas
esa que nos paramos a contemplar
Ser amigos
resulta ser un proceso
repleto de momentos inexpertos
pero esperanzadores
porque al final del camino
esperamos encontrar todo aquello que buscamos
¡Qué camino!
para dos tipos que aún no saben hacerse hombres
que empiezan a verse distintos
en las mismas comprometidas situaciones,
empecinados en esperanzas que no llegan
y mudos de porqués que valen bien la pena
y hoy volveremos a caer,
mi amigo y yo,
en un final,
en uno de estos pequeños finales que duelen
Pensaremos que nos tenemos el uno al otro,
hijos de lo que nos queda
Caeremos en la alegría de nuestro abrazo,
nuestro tambaleo
en la plaza de alguna ciudad
que nos presencie como extranjeros, locos…
o alocados
Pero volveremos
Volveremos algún día
a saludar a la gente que dejamos atrás
la que nos ha dejado atrás a nosotros
y tomaremos con ellos un nuevo trago
entre las luces de las velas
de los bares que vislumbraron los primeros síntomas
de lo que somos ahora
Entonces, nos proclamaremos
“los-que-saben”
porque hemos sabido
sobre las caídas
las distancias lentas
y las largas separaciones
que han mediado
en nuestra forma de ser amigos
Aunque no sea como antes
nos seguimos teniendo
… amigos…
… exactamente…
en el final de la distancia
hacia nuestro nuevo camino
en solitario
en el comienzo de nuestra nueva esperanza
en solitario
